La actividad física es parte escencial para una buena salud
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Si le han prescrito un tratamiento hormonal para el cáncer de próstata, es importante que usted sepa cómo funciona y los cambios que tendrá su cuerpo en general, incluidos los efectos secundarios que pueden llegar a ser incómodos o dolorosos.
El uso de la terapia hormonal es común en el manejo del cáncer de próstata. Las situaciones más comunes para prescribir el tratamiento hormonal son las siguientes:
(No deduzca nada de lo presentado anteriormente; pregúntele antes a su doctor para entender su propia situación)
La renovación de las células de la próstata depende, en particular, de la acción de la conocida hormona masculina testosterona. La terapia hormonal, también llamada terapia de deprivación androgénica, apunta a disminuir los niveles de testosterona en el organismo, al detener la producción de la hormona y bloquear su acción sobre las células cancerosas. Privadas de testosterona, las células del cáncer de próstata entrarán en un proceso de auto destrucción llamado apoptosis y morirán.
La elimación o supresión de la hormona sexual masculina (testosterona) ayuda a controlar mejor la enfermedad. Existen diferentes opciones para eliminar la producción de testosterona:
Orquiectomía. Es un procedimiento quirúrgico en el cual se extirpan los testículos, lugar en el que se produce la testosterona, logrando como consecuencia una disminución de los niveles de esta hormona.
Agonistas. Son medicamentos que inicialmente elevan la producción de testosterona, causando lo que se conoce como efecto “flare” o llamarada. Posteriormente estos niveles bajan. Sin embargo, el efecto flare puede producir dolor en los huesos y aumento del tumor por un período de tiempo, además de exacerbar la metástasis ósea. Muchas veces, este tratamiento se combina con otro medicamento (antiandrógeno) que ayuda a contrarestar este efecto flare.
Antagonistas. Son medicamentos que bloquean en forma inical y radical la testosterona, con lo cual se logra un mejor y más rápido control de la enfermedad. Esto se traduce en una mayor calidad de vida, disminuyendo el dolor en los huesos y evitando síntomas del tracto urinario bajo. No requieren la indicación de un antiandrógeno ya que no produce efecto flare.
La terapia hormonal puede inducir efectos secundarios, por ejemplo:
Cada paciente reacciona al tratamiento de diferente manera. Sin embargo, al participar en el programa Vive+ aprenderá a reconocer y controlar estos efectos secundarios. También aprenderá cómo pequeños cambios en su estilo de vida pueden ayudarle a compensar o reducir la frecuencia de estos efectos secundarios.
Desde que formo parte del programa Vive+, mi apetito, mi sueño y mi energía han mejorado. Me ayudó a cambiar mi punto de vista y me permitió armar un programa alimenticio y de ejercitación diario y semanal. Me ayudó a establecer un objetivo.
La actividad física es parte escencial para una buena salud